El lejano oriente
Y llegó la gran noche. Yo, este año he sido tan "poco buena" qué no me los quise ni cruzar. Vaya, ni verlos ni que me vieran. Nada de desfiles ni cabalgatas, ni caramelos. Pués resulta que voy con mi padre al cementerio, como cada domingo, y, al bajar a Las Caldas a tomar un café, me los como con patatas. De frente. Sin lugar ni tiempo para esconderme. Qué pasa? Si la cita era a las seis y media y falta una hora!!! Pués los tres mirándome con cierta inquina. Qué a última hora invirtieron el orden de las recepciones de la zona rural y, na, qué ahí estaba yo con todo el peso de mis pecados aplastando mi dignidad. Terrible. Pero, claro, la culpa es mía. La culpa de mis pecados y de mi falta de fé y de previsión. Si en Andalucia adelantaron 24 horas el evento, qué me hacía pensar qué aquí no podían hacer una pequeña modificación en el horario?? Lo que me obliga a recordaros a todos que esta noche haya ocurrido lo que haya ocurrido y ocurra lo que pueda ocurrir, Sus Majestades d...