Blanco y en botella
Muy buenos días. Lunes y lloviendo. Frío, no hace, pero la cama está insistiendo para que me dejé de tonterías y vuelva arriba, qué lo de comer está sobrevalorado y no sé qué de los lirios del campo. Mientras vermuteábamos con amigos y nos hicimos maratones de series en el sofá con mantita y desidia, los hutíes lanzaron otro misil sobre un barco de guerra (convenientemente repelido), Israel siguió azotando la franja de Gaza, en Ecuador el terror llenó las calles con Dios en boca de quién no debería nombrarlo y el Madrid superganó la super copa a un Barça desolado; la cúpula del PP se reunió en Galicia para preparar las nuevas elecciones autonómicas (Santa virgen de las urnas, acogemos)y los de Junts siguieron riéndose en nuestra cara; el bueno de Bolaños estuvo consolando a los de Podemos por los desaires de la Yola y a Julio Iglesias le interceptaron en el aeropuerto de Punta Cana 42 kilos de comida, qué vaya sustu que llevé, hasta que lei la palabra "comida".Desastre tras desastre. Menos mal, qué en Dinamarca proclamaron rey al alegre Federico y Mary de Dinamarca lució orgullosa en el palacio de Christianborg o no sé qué. Ella iba de blanco purísimo, cuajadita de diamantes y la sonrisa de los que al final se marcan un hard trick. Ahora qué lo pienso, salvando las distancias, era el vivo retrato de Vinicius. De los alegres fastos, solo he visto las fotos de la feliz pareja de Reyes. Me falta toda la escalera de color, en la que estaba lo mejor de cada casa real europea, incluida Letizia. Dadme tiempo.
La cuestión es que hoy todo vuelve a empezar y tenemos ante nosotros un folio blanco como el vestido de la reina de Dinamarca, dispuesto para ser cubierto de grandes y pequeños planes. De objetivos inspiradores que nos den alas para volar durante estos trepidantes siete días que nos esperan. Lo del mundo de ahí fuera, casi qué lo vamos a dejar fluir, a ver si a alguien se le enciende una bombilla y pone un poco de cordura. Vamos! A por la semana!!
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