Miedo
Muy buenos días, es viernes. No lo corrijo; si mi subconsciente dice que es viernes, por algo será. Igual es por la fiesta de mañana, vete tú a saber, porque este inconsciente mío, va de por libre y no suele atender a razones. Pues no le pillé esta noche intentando confundir a mis dos neuronas ?(mis pobres, qué nunca anduvieron muy listas...) Resulta que estábamos las tres planteando los puntos qué atacaríamos hoy sobre la velada ( o, quizás, no tan velada) exigencia del PNV, en esta segunda ronda de negociaciones. Qué, mientras los indepes catalanes están imponiendo su pago en forma de amnistía y elecciones anticonstitucionales a bombo y platillo y con toda la chulería y el descaro del mundo, Aitor Esteban dijo algo así como que, ellos lo que van a votar son los presupuestos; pero, lo de la investidura, eso ya es otra cosa porque, eso era en primera ronda y ahora, ha subido el precio del voto. Qué la vida está muy cara y con tanta guerra y tanta inflación, está subiendo todo una barbaridad y que si quieres Moncloa, hay que soltar la mosca, que tengo el hormigón de la autopista de Irún con tres grietas en el arcén qué hacen feo. Y, de repente, aparece el subconsciente y se pone a canturrear "Hamás no es Palestina" "Los hebreos van a borrar Palestina del mapa" . Y, nosotras: "qué te calles" y él: "y, porqué no estamos evacuando a los españoles de Israel? Toda Europa está mandando aviones" Y, yo: "ya vale! Estamos con la coronación de Sánchez" y él "Irán está lanzando misiles a diestro y siniestro. Cómo se le escape uno, la liamos parda". Y la neurona lerda:" como se le va a escapar un misil a Irán! No ves que son profesionales de la guerra?" Y, él: "No sé, no me gusta nada esta mierda" Y entonces, el muy Gilipollas va y dice: "han sacado de un kibutz un saco de basura de comunidad, con 40 bebés decapitados" y se acabó. Desde entonces, dando vueltas en la cama respirando un rancio olor a jabalí y a sangre. Tengo a las dos inquilinas de mi ático gris, escondidas bajo un pliegue cerebral llorando y diciendo qué tienen miedo. Miedo de lo que estaba lejos antes de que 40 bebés salieran en una bolsa de basura grande y negra, a los que no mató un misil; qué fueron dos manos como las mías. Bueno, como las mías, no; porque si se parecieran un poco, pediría que me las cortasen a la altura del codo.
Y, nada, por eso hoy no pudimos escribir la crónica. Estamos tomando un puré de lexatin y prozac. Feliz día y perdonad las molestias.
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