Monstruos

Muy buenos días, es lunes y, aunque parezca increíble, todo vuelve a comenzar. Vuelve para mí y para todos. Es el momento de empezar a dibujar en nuestro precioso cuaderno en blanco. Ese qué cada lunes borra mágicamente los errores de las páginas anteriores y nos invita a empezar de nuevo. Estaba escuchando la radio mientras leía la prensa en diagonal y destacan, sobre Zelenski y Tsipras y Erdogam y santa Ayuso, los dos nombres de las gemelas de 12 años que se quitaron la vida la semana pasada en Oviedo: Alejandra y Anastasia. Estaban ayer en las plegarias de todas las celebraciones religiosas y en las conversaciones de vermús dominicales. Salen en los editoriales de los periódicos y en las disertaciones de los fruteros del súper. Los expertos hablan del "efecto llamada" qué tiene la publicidad de estas noticias, entre los jóvenes como lo tiene sobre los "asesinos de mujeres"...
 Yo, qué no soy de pensar mucho, llevo días con la neurona lerda dando la tabarra por mi ático gris. Balbucea frases inconexas y repite cosas como "no hay solo un monstruo". Y, por no oírla taconear arriba y abajo, le digo que voy a meditar sobre el asunto pero qué se meta un lexatin de 37mgs y se acueste a dormir. Tiene razón: no hay solo un monstruo, no son sólo los niños malos (qué, claro que existen) ni los profesores revestidos de neopreno, a los que no les cala ni una gota de sensibilidad, ni los padres, maridos o parejas de machirulismo agudo crónico; no son sólo ellos, porque, identificada la bacteria, el problema estaría ya en vías de solucionarse. Hay otro monstruo qué estamos generando en una sociedad silenciosa y dolente qué se hace cruces ante sucesos como los que acontecen, pero no hacemos ni decimos nada fuera del bar, la cola de la carnicería o entre susurros con los compañeros de curro. Un niño, una mujer, qué viven el infierno del acoso, los abusos, la opresión... qué no tiene clan al que acudir en busca de protección, está perdido. El único camino que ven es la salida rápida y horrible, al que terminan por quitarle gravedad y dando importancia a la rapidez. Es saltar al vacío huyendo de las llamas de un infierno que cada vez queman más. Hay que educar a nuestros hijos en valores y respeto; pero deberíamos educarnos a nosotros mismos en valentía y responsabilidad para con los demás miembros del grupo. Deberíamos consolidarnos como el refugio seguro al que pueda acudir el más débil. Hoy, la respuesta que damos ante estas situaciones es mucho más compleja de lo que requiere la pregunta. Tan compleja como vacía. Hace muchos muchos lustros, cuando yo era una niña de colegio, en cuanto llegabas a casa balbuceando qué fulanito/a/e te había robado el boli o te había comido el bocadillo, generabas ipso facto una visita de tu madre o, mucho más heavy, de mi tía a la salida de clase. Y revestida del poder que sólo otorga la laca sunsilk , le explicaba raso por sencillo al "robador" qué se comiera su propia merienda porque la próxima vez, le iba a caer el pelo. Tú te sentías segura y el ladrón acojonaba. Hoy, ahora, no hay laca Sunsilk qué te proteja de nada porque hemos llegado a esa filosofía neohippy en la que no hay personas de ninguna edad, cuyo criterio sea respetado. Porque hemos equiparado a todos con todos y los que llevan laca son los robabocadillos y las madres y las tías solo rezan temerosas para que el asunto no llegue a mayores y ,si es necesario, se hacen bocadillos para todos. Me vais a perdonar porque lo que estoy intentando decir es muy gordo y se puede confundir con totalitarismos y aberraciones varias. Nada más lejos. Lo que intento decir es que no estamos libres de responsabilidad, incluso viviendo a miles de kilómetros de las víctimas. Ni siquiera si no tenemos hijos. Estamos destruyendo el refugio qué el grupo debería ofrecer a los miembros del clan. Esto, en el paleolítico no pasaba. 

Comentarios

  1. Hola buenas tardes Aurora , tienes nombre Boreal y a veces nos iluminas con luz violeta. Como siempre estoy casi de acuerdo contigo en todo. Es cierto que en estos días el grupo no da amparo ni protección a los mas débiles léase, inmigrantes , victimas de maltrato , homosexuales , victimas de violencia escolar , etc.....
    Y pudiera tener algo que ver que el grupo ya no educa?
    como dice un proverbio africano ,que siempre recuerda el filosofo Juan Antonio Marina, "para educar a un niño hace falta la tribu entera".
    Te sigo leyendo con avidez.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Saber qué hay alguien al otro lado, da sentido al mensaje. Muchas gracias.

      Eliminar

Publicar un comentario

Lo más leido

El lejano oriente

Astados y paquidermos

Autoconfitamiento