Cenizas
Muy buenos días y feliz miércoles de ceniza, pistoletazo de salida para doña Cuaresma, siempre qué llevéis el calendario festivo tal cual viene en el manual. Lo digo porque en Oviedo, hasta el sábado no nos disfrazamos. Dicen qué para no quitar protagonismo a las celebraciones de Gijón y Avilés, qué esas sí que se celebran en tiempo y forma; pero, a mi, me parece que hay tribus ocultas cerca del río... A ver, qué sentido tendría posponer la Cabalgata de Reyes de Gijón o Avilés para que no coincida con la de Oviedo. Ninguno. Porque el día 5 es el día 5, porque bastante polémica hay ya con el Gordito que patrocina Coca-Cola y porque el día 8 los chiquillos ya van al colegio y los Reyes Magos pasarían a ser los tres ratoncitos Pérez & Co. Bueno, eso, qué yo sigo con mi s teorías conspiratoras y creo qué al Gran Hermano/a/e no le mola un pescao qué nos juntemos para bailar ni para prácticamente nada.
Bien, después de mi protesta en medio del desierto, vamos con lo nuestro qué tiene tela. El lunes, apareció Yayo Biden por sorpresa en Kiev para darle unos achuchones a Zelenski delante de la estupefacta prensa mundial. Le abrazó, le besó, puso unas flores en el monumento a los caídos y le prometió pasta pa que se compre lo que necesite: unos Patriots? Muy bien . Unos F-22 Raptor? Venga! Lo que necesite! Y déjate de andar pidiendo por Europa las sobras! Claro, Putin, qué no lleva bien lo de "amar al prójimo", se marcó un discurso de dos horas y pico, al más puro estilo Fidel Castro, con todos sus adeptos colocaditos en un auditorio qué daba gloria mirar pa él: cuadriculadito, con cada grupo de butacas en perfecta formación, lleno de uniformes militares cuajaditos de medallitas de la virgen de los desamparados y de señoras qué olían a laca desde el sofá de mi casa. Todos ellos con el gesto más adusto qué yo recuerde. En dos horas de arenga, ni un chiste malo, ni un chascarrillo, ni una anécdota. El mensaje fue muy claro: Rusia es invencible y yo soy el puto amo. Y, no voy a salirme del pacto ese de desnuclearización armamentístico qué teníamos a medias, Biden; pero, de momento, yo no juego. La culpa de todo la tienen Alemania y Francia. Entonces, Biden, qué acababa de llegar a Polonia, sale ante un auditorio lleno de barras y estrellas con la música de Justin Bieber a decir al mundo: Ni caso al oso! Vamos al mismo gerontólogo y os digo yo qué éste señor no está bien. Y el chino, tampoco hace los deberes de terapia. La cosa es que mañana se cumple un año de horror, terror y vituperio por culpa de las ansias de poder de tres o cuatro vejestorios descerebrados que, para nuestra desgracia, dirigen el mundo. Oye, qué el presidente americano se metió 10 horas de tren de ida y diez de vuelta desde Polonia a Kiev. Diez horas! Es como si hubiera hecho la línea Oviedo -Ferrol en FEVE, qué barbaridad! Bueno, los asturianos y los cántabros, al parecer, vamos a viajar en tren gratis hasta el 2026. No sé específica desde cuándo, qué puede ser el mismo 2026, un mes antes de que lleguen los nuevos trenes; pero, oye, Pin y Pon fueron a Madrid y vinieron con unos boletos gratis y dos dimisiones. Esto no es broma: cuando la gente (en general) empezó a hacer memes con el viaje de los dos presidentes de las dos comunidades autónomas menos valoradas en términos electorales y por ende, pa la vida misma de esta España nuestra, yo vi a dos paisanos qué, sabiéndose provincianos en la Villa y Corte, le echaron un par de güevos y fueron a coger por la pechera a quién hiciera falta y dejaran de reírse de nosotros. Qué una cosa es estar incomunicados y otra muy distinta, tirar de los pelos. Y hubo show en el Senado. Sánchez y Feijoo enfrentados en un cara a cara, qué lo único que nos demostró fue la cara dura de todos ellos. Muy buena la actuación de Miriam Nogueras en el Congreso apartando el mástil con la bandera de España porque la tenía "muy cerca" y a ella la de Europa la representa mucho más. Qué gran carnavalada la de ayer, chavales. Ya os digo: los de Oviedo, lo que vimos por la tele y tal porque, nosotros, hasta bien entrada la cuaresma, no nos entregamos a la lujuria. Qué no se os olvide sonreír en este miércoles ceniciento.
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