Lo bueno y lo otro
Muy buenos días. Último San Viernes del año. Nos deja Pelé y Benedicto XVI, amaga con ir a perderse el visillito pre-mamá de la Pedroche. Quédate Ratzinger, que esto promete. Vargas Llosa no va a salir vestido de esmoquin en la última exclusiva de la Preysler en el HOLA porque, al final, parece ser que añora su entorno familiar y Nobelesco. Y es que, llega un momento en la vida de todo escritor en el que tienes qué escoger entre los libros de cocina para fogones vírgenes de diseño o las historias de verdad qué nadie supo leer. Tampoco estarán esta nochevieja una cantidad de mujeres asesinadas, cuyo número no me atrevo a escribir. No brindaremos ni whatsapearemos mensajes cursis con amigos y familiares qué se bajaron de este tiovivo sin frenos llamado 2022. En Ucrania, poco cava se va a vender este finde y pocas risas se van a escuchar en unas trincheras travestidas en fosas comunes. Pero, el 2023, como cualquier adolescente cargado de hormonas en frenética danza, empuja impetuosamente ...