Cardamomo y Curry
Muy buenos días. Es miércoles doblamos semana y vamos acercándonos al finde con paso firme. Casi, casi a punto de saltarme la crónica de hoy por puro aburrimiento. A ver, Rusia sigue amenazando. Ucrania se prepara para otro gran combate. Biden amenaza a Rusia...Debate sobre unos presupuestos generales qué ya están aprobados en los diferentes despachos...el Benidormfest, os acordáis de aquellas úlceras grastoduodenales por culpa de aquellos tongos de votaciones? Pués este año, repiten formulario. Lo único interesante y, por desgracia para los culés, novedoso, la derrota del Madrid. Ni siquiera salió el HOLA de esta semana...Pensé seriamente en irme a la página de Ikea y mirar una cómoda qué me hace una falta como el comer porque, chica, te llega el invierno y los jerseys ocupan medio armario y, si los doblas, quedan todos engurullados, por no hablar de las toallas y tal. Bueno, qué a punto de saltarme la crónica de hoy, cuando de repente, salta de entre todas las noticias un nombre: Rishi Sunak. Es el nuevo primer ministro del Reino Unido. Este joven multimillonario de origen indio con nombre de patata frita, estudió en Oxford filosofía, política y economía; lo que, a priori, garantiza ciertos conocimientos para dirigir un barco que va metiéndose leches contra todos los acantilados de Europa. En un inglés de Valladolid, ayer ya dijo que la situación iba a requerir la toma de decisiones difíciles. Pa que la people no se llame a engaños, vaya. En fin, qué dicen qué este chico promete. Pero lo que ayer me apartó de la sartén y me hizo asomarme al telediario, no fue él ni el famoso atril de Downing Street (qué, a este paso, van a tener que darle un repasito de barniz)si no, la figura qué va a llenar nuestra vida de glamour y aromas de cardamomo y curry: Akshata Murty. Esposa mantecosa de Sunak, hija del Bill Gates indio. Multimillonaria, no; lo siguiente. Dicen que tiene más pasta qué la difunta reina Isabel II y, eso, es tener mucha pasta. Conoció a Rishi en la Uni de Stanford, cuando ambos estudiaban uno de sus venticincomil másteres, aunque ella no se dedica a la política. Es diseñadora de moda. Por fin, creo que el 10 de Downing Street va a dejar de ser un airbnb y lo vamos a poder confundir con Dowton Abbey sin remordimientos de conciencia. Ella guapa, guapa, no es, no nos engañemos; pero tiene toda la pinta de ir a llenar mi cómoda de IKEA de Sharis maravillosos, qué es lo importante. Os vaticino la entrada en escena de una gran Influencer. Ay, Dios mío, qué no esté yo confundida y la política internacional vuelva a llenarse de purpurina y pétalos de rosa. Oye, qué hijaputa es la vida eh? Hace cuatro días de lo de los hindúes poniendo gintonics a los ingleses en sus clubs de Nueva Delhi y, mira tú, qué vuelta de tortilla! Me encanta este Dragón Kan, qué viene siendo el vivir. Cuando ya estaba resignada a la cena oficial Camila/ Letizia, ahora, no puedo de la emoción a la espera del primer duelo sobre alfombra pakistaní, entre nuestra Leti y Akshata. Va a correr la sangre! El rímel, quería decir. El rímel!
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