La rubia
Muy buenos días. Es lunes y si alguien pensaba que la guerra nos cae muy lejos, qué salga rellenar(ya no te digo llenar) el depósito del coche, qué intente comprar aceite de girasol o encender la turbina de una empresa. La OTAN tiene a Putin encañonado y él tiene los güevos de la OTAN entre sus tenazas. Sabe que la bella occidental jamás apretará el gatillo y sólo suelta pataditas mientras sostiene con manos temblorosas la pistola. En Asturias, por nombrar una comunidad cualquiera, grandes industrias del metal han paralizado su función porque no se pueden permitir producir con pérdidas. El miedo vacía las estanterías de los supermercados, mientras los pescadores de ríos revueltos vuelven a forrarse. Europa confisca yates y castillos a oligarcas rusos, mientras Rusia nos cierra la llave del gas. Francia baja los precios de las energías con cargo a los productores para no perder impuestos; aquí, el gobierno intententa bajar los impuestos para no mosquear a los generadores, no vaya a ser qué, además de Putin, tengamos qué enfrentarnos con algún expresidente de gobierno venido a consejero. Sin saber yo mas de economía que de fisica cuántica, veo que la bajada en los impuestos es como desangrar a un paciente con el colesterol por las nubes: sin sangre, no hay triglicéridos desbocados...ni paciente, claro. Los impuestos aseguran las ayudas sociales y la infraestructura civil de un pais y eso, deberia ser sagrado. Los dueños de empresas energéticas, gozan de una salud económica muy superior, mucho, a la del comun de los mortales. No les va a pasar nada por dejar de ganar(nunca perder). El precio de la luz, me obligó este finde, antes de darle al "on" de mi lavadora, a bajar a echarle un vistazo al lavadero de mi pueblo y plantearme lo de la tabla de madera y una pastilla de jabón del chimbo.Y esta semana, huelga del transporte. Ellos no pueden trabajar, así que nosotros tendremos difícil consumir. La guerra no está lejos, está en la puerta del Alimerka. En la cola del surtidor de gasóleo. Está en el obrador de cualquier panadería. Esta larga escena de la rubia sosteniendo temblorosa una pistola frente al asesino guapo y con voz de radio, siempre me pone muy nerviosa. Cualquiera de los dos puede acabar muerto. Espero que la rubia tenga un plan.
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