Cabroncete

Buenos días. San Viernes. Qué nada, que me senté aquí, sin ánimo de otra cosa qué lo meramente espiritual. Pensar pa mi, conmigo misma y no escribir ninguna crónica más hasta que pare todo este desatino; a ver, qué no creo que vaya a hacerle ningún daño al cabrón de Putin mi ausencia porque con la liada que tiene, tiempo pa leerme, no debe tener mucho:  Entre abrir corredores humanitarios, volar centrales nucleares y avanzar Crimea palante con este tiempo de mierda, qué fíjate tú, que tenían que estar saliendo margaritas por las cunetas de Kiev y, a estos, les cae cada nevada qué lo flipas; pero es porque la primavera es así, no te puedes fiar. Piensas que puedes mandar a los de infantería con unos chalequinos estampados con motivos de camuflaje y cuando ya los tienes en medio del fregao, a las mismas puertas de Chernobil,  tienes que mandarles  por MRW  las parkas de goretex que ya habías guardado en el trastero porque se te mueren de frío. Por no hablar de lo que supone estar aislado en tu búnker ultra mega aislado de posibles traidores y de mafiosos lloricas porque no pueden hacer efectivos sus bitcoins,  con tus cuatro fieles compañeros del psiquiátrico, todos muy como tú en lo bélico-demencial, pero sin zorra idea de manejar una plancha y, ojo! qué las alocuciones las haces todas de traje y corbata y las camisas, por mucho que las tiendas en el búnker  curiosinas colgadas en perchas, quieras que no, los cuellos se arrugan. Y luego sale el payaso de Zelenski(dicho con todo el respeto) con su oufit casual, camiseta básica de primark y cazadora holgada, con su arenga de fumeta, qué no se explica como puede soltar esos discursos tan enardecidos sin haberse metido un canuto del tamaño de un corno inglés. Y todos ahí llorando de la emoción y tal. Tú, abriendo corredores pa que salgan los ucranianos y no hacen más que entrar los que estaban fuera para empuñar aunque sea una espumadera y defender lo suyo. Y a los de IKEA, qué coño les pasa ahora que dicen que se van de Rusia!! A ellos quien les dijo nada! Tienes a la parienta y a las chiquillas colgadas del teléfono rojo desesperadas dándote la murga porque, si ya tardaban en traerles la cocina Iöghunvsen pa la cabaña de los Urales, ahora, a quien le van a reclamar? Pues, que ya te estoy viendo venir, tendrás que invadir Suecia y qué se jodan! Pero, ojo, que los suecos también son muy de camiseta y de payasos...Ná, cabroncete, qué tienes un Cristo montado, qué no te arrienda la ganancia. El mundo de los payasos es una cueva muy oscura. Hay tenistas, cocineros, mendigos y futbolistas. Hay costureras, madres y científicas. Hay adolescentes qué maduran en segundos. Ninguno cogió en su vida un lanzagranadas; pero no están dispuestos a vivir bajo el tacón de ninguna bota. Problemón, chaval. Igual sí que te vuelvo a escribir alguna vez, pa darte ánimos y el teléfono de un neurólogo muy bueno. Por lo del miedo que te va a consumir cuando, pase lo que pase, salgas del escondrijo a buscar la plancha de vapor, qué te dejaste en el dúplex del Kremlin y no puedas dejar de mirar por encima de tu hombro preguntándote de quien son esos pasos que te siguen y esa sombra que te envuelve.