Otro año
Buenos días. Por fin, hemos llegado a la meta. Arrastramos algunas bajas insustituibles y la mayoría vamos heridos de diversa consideración; no fuimos capaces de deshacernos del bicho y, aquí está con nosotros, bien pegadito. En fin, qué nos cogió cariño y ni vacunas ni indirectas; no pilla el mensaje y, estamos a pocos meses de incluirlo en el libro de familia. Traemos las mochilas llenas de mascarillas, pruebas de antígenos, estadísticas de incidencia, PCR y amigos; muchos amigos. Amigos de positivos, amigos de negativos, amigos de amigos... Qué guapo ye querése!! Este resumen de lo pasado, me lo voy a saltar porque, aunque no todo fue malo, hay muchos más oscuros qué claros y prefiero dejarlo estar, no vaya a ser qué se revuelva y se me ponga respondón. Hoy es un viernes travestido de gran lunes de gala. Hoy toca afilar lápices para dibujar proyectos ilusiónantes. No hace falta que sean grandes dibujos, sirven cuatro bocetos trazados con mano firme: corazones de lunares para seguir queriendo, sonrisas "pret a porter" para repartir en cualquier ocasión; sonrisas con lentejuelas y plumas, para momentos especialmente duros; Curro digno que nos permita pasar el aspirador cualquier dia de la semana; salud, valentía para enfrentar lo que venga torcido, para poder decir "no puedo" "hasta aquí!" " yo, por aquí, no paso"; gafas bifocales qué pongan nítidas las cositas de a diario por aquello de distinguir lo que hay que hacer y lo que nos hace daño; prismáticos para disfrutar de lo que no está cerca, pero viene y está en el horizonte; concentrados vitamínicos para afrontar lo que nos cuesta, lo que se empecina en ponerse cuesta arriba y poder subir la cuesta que nos llevará a disfrutar de las vistas. Música. Mucha música de la buena ; de la que nos hace soñar y volar muy lejos. Esa que algunos ven como un presupuesto innecesario y otros, con solo cerrar los ojos y abrir los oídos curan su alma. Qué se vaya la ignorancia y la cultura nos abduzca. Qué la política no se meta en nuestros absurdos fangos y se mantenga limpia y lejos. Y qué dejen de servir ensaladas y arbeyos y fabes y cachopos y chuletones en los restaurantes donde comen los representantes del pueblo; a ver si con una dieta a base de preparados de soja, empiezan a entender qué el campo es nuestra vida, nuestra sangre... Tengo tantos proyectos para este 2022, qué me los voy a callar para que no se asuste y le venga el estrés y la ansiedad y se me pida una baja antes de empezar. Cerremos cuentas, limpiemos la alacena, empecemos de cero. A punto de asomar la nariz al que podría ser un gran año. Démosle una oportunidad. Si no mola, en Mayo le hacemos un ERE y a tomar pol saco!
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