ROMA

Se qué es extraño publicar un domingo; pero, más raro fue este viaje a Roma y la Támara celebró su cumpleaños y Egea contraataca a Ayuso por ponerle alas a Moreno y mañana es lunes y Casado confunde patatas y ubres  y no se deben mezclar churras con merinas.
Por fin en casa. Podría cebarme 
en lo fácil qué resultó salir y lo difícil y caro qué resultó entrar en España, pero eso es lo único que casi empaña un viaje inolvidable, así que no voy a detenerme ni un solo segundo en lo más absurdo de esta aventura. Roma es eterna, es caótica, decadente, viva, bulliciosa, solemne, barroca, mísera, grandiosa, pía, pagana, seductora....Huele a sangre, a incienso, a flores, a Dior y Prada, a queso....Sabe a vino y a café.  Es todo eso y mil adjetivos más que no voy a andar buscando por los recovecos de la gramática, qué se me hace de noche. Tengo que volver a volver porque es uno de mis lugares favoritos en el mundo. No me siento extraña aunque me apabullen tanto mármol y tanto oro y esos techos colgados del infinito, sobre todo teniendo en cuenta mi metro y medio. Dicho esto, una ciudad sin personas no pasa de museo. Quiero dar las gracias a Lizi, que nos trajo y nos llevó y nos puso música y se preocupó por cinco mujeres a las que no conocía de nada y volvió a demostrar que la Iglesia no está muerta, ni mucho menos. A mi hermano Gaspar, pozo de sabiduría y anécdotas, didacta como pocos, capaz de generar tsunamis dantescos y especialista en travestir "lo peor" en "lo increíble" y no sigo porque me pongo a llorar como cuando nos despedimos en el Fuimicino, qué la peña debió pensar que volvíamos a España a cumplir condena. A mi hija María por ser, por estar y por parecer; por ir a muerte conmigo a donde sea y como sea. A Joaquín por su "no me estéis sin dinero, tranquilas".  A Antonio por su diligencia y a todos los que estuvisteis preocupados por si " no volvíamos" jajajaja. A Nagore y Carlota, por poner chispas de colores en este viaje;  nada habria sido lo mismo sin vosotras, sin los cien jesusitos fosforescentes, ni las putas North Face;  y a mi María la secre, porque me dió el calor que solo genera la amistad verdadera. Esa amistad que se la juega continuamente con los lazos de sangre. Por su risa, por su mirada cómplice encima de las mascarillas y la maternidad. Por su generosidad, la que no sale de una billetera si no del músculo cardíaco. Por hacerme sentir qué no habían pasado 25 años desde nuestro último viaje. Por amenazar en el aeropuerto con una demanda a TODO EL GOBIERNO DE ESPAÑA, por no dejarme subir al avión. Por haberse colado en mi vida de forma tan inoportuna; y , por último, a Luis Heres Prieto, por habérnosla encalamado aquella noche en La Coruña. En definitiva, Roma ye preciosa, pero no deja de ser un montón de piedras,  las que, sin " mi gente", no tendrían vida.

Comentarios

  1. Qué regalo volver a leerte y qué cierto el que las ciudades son las vidas de las personas que allí habitan.Gracias por alegrarnos el domingo con tu humor inteligente

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