La libertad
Muy buenos días. Es lunes y toca salir ahí fuera a buscar el pan y lo de pagar las facturas y eso; solo que, hoy, somos más libres. Hay una serie de leyes que amenazan la vida laboral de los interinos y una propuesta para que la peňa cobre como prestación por desempleo 452€, sean cuáles sean las circunstancias en qué se produzca, pero, al fin, podemos salir de casa después de las 11 de la noche y, eso es lo importante. Ayer se diò por finiquitado el estado de alarma y miles y miles de alegres españoles salieron a la madrugada a frotarse, bailar y beber, con esa alegría que te regala el no tener dos dedos de frente. Las calles y plazas se llenaron de chavaleria qué clamaba por su libertad. Muchos, yo creo que venían de otras latitudes, incluso de alguna galaxia próxima porque confesaba qué ya no podían seguir encerrados en casa. Así que, al final, Santa Ayuso, nos tenía a todos engaňados y sólo dejaba andar por Madrid a los franceses!! Ojo, qué la convocatoria para celebrar qué somos inmortales, no se ciňò a la capital : en todas las ciudades hubo alegres botellones. Algunos periodicos no hacen mención al asunto. Supongo que se están reservando para cuando, en 15 días, tengamos un misterioso repunte entre los más jóvenes, achacable a la cepa India y al bajo ritmo de vacunaciòn. Apostamos algo? Vale, si! Estoy rabiosa y envidiosa porque se me olvidó que ayer caía el muro de las restricciones y seguí alarmada todo el domingo. Pero, hoy... Hoy, cuidadito conmigo qué voy a salir de casa con el termo del café, voy a convidar a todo el autobús pa que beban a morro y organizaré una conga entre los pasajeros. Viva la libertad, amigos míos!! La otra buena noticia es que, con la "no alarma" recuperamos la atención presencial en los centros de salud y ya podemos soltar la enciclopedia médica para describir a nuestro médico de familia si el dolor es como pa ir a darte un ictus, pandemico o migraňoso. Yo, lo siento por mi farmacéutica con la que llegamos a establecer auténticos vínculos de familia. Ya no tendremos esas larg as conversaciones acerca de sintomatomogia, diagnosis y medicación. Ahora será todo más... No sé, más simple, más profesional... No sé puede tener todo!
Ayer, lo qué si hicimos fue volver a cantar. Con cuatro amigos de los de siempre , fuimos a celebrar la fiesta de San Francisco de Paula en Santolaya de Cabranes. A mi, Cabranes me produce siempre el efecto de un chute de vitaminas, oxígeno y estupefacientes. Se me ensancha el corazón y, aunque llueva, siempre brilla un pequeño sol qué calienta como una estufa de queroseno. Lo de cantar con gente a la que quiero , relaja mis pulsaciones y hace que la endorfina fluya en cascada. Total, qué volví pa casa en coche porque, ya que lo habíamos llevado hasta allí, no era plan volver hoy a buscarlo; pero, vamos, podría haber vuelto volando, sin duda.
Lo que os quería yo decir, qué es lunes. Qué empieza una nueva semana y qué, por más vueltas de tuerca laborales y sociales se estén pergeňando en el cuarto oscuro, ya podemos salir de botellón. Sonreid. Somos libres.
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