Manias absurdas

 Muy buenos días. Es viernes y tarde, qué los viernes y las sábanas suelen conchavarse para no dejarme salir de la cama al primer toque de Diana. Ni al segundo, pa ser absolutamente sincera. Pero es que la sinceridad, tengo la sensación de que, últimamente, está sobrevalorada. No sé qué pasa, qué la peňa anda loca por saber la verdad. Manía tonta e ineficaz y que sólo contribuye a la desesperación más gratuita. De qué nos sirve saber si  Ayuso y Almeida se habían leído las previsiones meteorológicas de Aemet el 6 de Enero? De qué nos sirve saber lo qué el Supremo opina sobre la "obligación" de los madrileños de limpiar los accesos a sus garajes y viviendas? Qué nos importa lo que puede decir el ministro de sanidad sobre la peligrosidad de desarrollar actividades académicas presenciales? Para qué tanta información sobre la escalada de contagios ingresos y muertes por culpa de la pandemia? Son ganas de polemizar gratuitamente. Yo, creo que lo único que nos tiene que preocupar, ahora mismo, es lo del posible aplazamiento de las elecciones catalanas y el testimonio de Villarejo hoy, en alguna sala de algún tribunal por alguna causa de esas que siguen on fire, (ya pueden llover Fimomenas) porque el resto es irrelevante. Madrid, el Madrid de Torrejon, de Coslada, de Vallecas, sigue con hielo hasta el mástil de la bandera; siguen con cortes de luz y sin acceso a los servicios básicos. Pero no hay problema porque el Madrid de los Austrias, ese, ya luce limpio y brillante. Haberse comprado el loft en mejor zona, amigos! Ahora, os cogéis la pala y el martillo hidráulico y os limpiàis el felpudo ; y si queréis que los chiquillos vayan el lunes a clase, cuando acabéis en la puerta de casa, tiráis pa la escuela y ya sabéis lo que hay que hacer. Qué el Supremo sólo es pa los que saben leer sentencias y resoluciones. Si el ministro de Sanidad se cree autorizado para no autorizar exámenes ni actividades presenciales que no sean necesarias, hay un consejo de rectores que apuesta por una vuelta a la normalidad cuanto antes y, todos sabemos que lo más normal del mundo es ir a examinarse en un aula con un centenar de alumnos ávidos de demostrar sus conocimientos de su puňo y letra. Y, si en ese acto de normalidad, salen una docena de focos y cincuenta o sesenta muertos, no pasa nada. Es lo normal en una pandemia de proporciones bíblicas. Eso si, se está planteando qué las elecciones a nuevo rector se hagan on line. Y, al hilo de esta cuestión, tenemos a los sanitarios que se tiran de los pelos porque los hospitales ya no llevan tanto infectado in artículo mortis. Normal. Nuestro presidente de Comunidad, insiste en pedir confínamiento domiciliario y Madrid, el Madrid de Moncloa, vuelve a decir qué no. Qué con que no nos peguemos al de alante en la cola del súper, es suficiente. Mira, mira, mira.... Menos mal que es tarde y no puedo seguir.... Y menos mal que tengo el perímetro confinado y congelado porque ganas me Dan de ir a pedir audiencia en Zarzuela y que la reina Letizia me consuele, si no me puede explicar cuando perdimos todos el norte. Y, si de paso, ahora que ya no se lleva con Victoriafede, si me pudiera prestar un par de camisas de esas bohochic...En fin, qué me voy a enganchar al culebrón de Villarejo que nunca acaba ni defrauda. Bueno, no sé cómo tiene las cositas con Hacienda, pero porsiaca, voy a cambiar "defrauda" por "decepciona".  Ser felices y prudentes porque la vida qué está en juego, es la vuestra. 

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