De Camellos y porritos
Muy buenos días. Es viernes y todos somos Granada. Los terremotos qué sacuden la tierra soňada por Plácido Domingo no son más que las réplicas del gran tsunami que perrea al mundo. A Europa, en concreto. Cuando, por fin, habíamos aprendido a decir Schizpifaizzer, ahora hay que apuntarse en la agenda AstraZeneca, precioso nombre qué me lleva a pensar en el coche más apropiado para un filósofo romano qué acabó cortàndose las venas, jarto de tanto caminar. Resulta que, al principio de todo, cuando se nos saltaban las lágrimas de orgullo por haber conseguido una vacuna que nos iba a salvar de morir por falta de horas de bar, gracias a la colaboración altruista de las farmacéuticas; y todos pensamos en lo malos qué habíamos sido pensando qué la macro industria de la salud no tenía corazón y sólo entendía de bitcoins y , cuando ya no había plazas pa flagelarse esta semana santa delante del Cristo del Gran Poder, van los de AstraZeneca y dicen que, con gran dolor de su estómago, no van a...