Escándalo es un escándalo !
Buenos días. Es lunes. Lunes antes de Navidad. No había una película que se titulaba así, con zombies y esqueletos y tal? Ah, calla, no! Era "Pesadilla antes de Navidad"! Bueno, es igual. Recordadme que cuando edite esta entrada, cambie el "lunes" por "pesadilla" y arreglao.
A 72 horas de Nochebuena, Reino Unido nos hace saber qué una nueva cepa del coronavirus, con una velocidad de transmisión qué para sí quisiera el mismísimo Alonso en su nuevo Renault (ya me estoy yendo del tema), anda descontrolada contagiando sin conocimiento a diestro y siniestro. Inmediatamente, trece países de Europa anulan sus vuelos con UK. La misma Escocia, cerró fronteras por tierra, mar y aire. España, no. No por nada; es que estamos esperando una decisión oficial y conjunta de la Unión europea. Creo que se reúnen esta maňana con carácter urgente. Gracias a Dios. A ver si así... Aunque me temo que llegamos tarde de todas formas, porque ya se han localizado casos de esta nueva versión corregida y aumentada en Holanda y en Italia. Y, si los que corrieron a blindar se ya tienen el último modelo de bichito, aquí, debemos tener ya unos cuantos cientos, sin querer ser agorera.
Pero, estamos en Navidad y me estoy cebando en las malas noticias. No puede ser. Este finde, en Madrid, aprovechando los bajos índices de contagio, se celebró un concierto para 5000 personas del incombustible Raphael. Ya sabéis, aquel que cada noche te persigue y por tenerte ya no vive. Dice Ayuso que no pasa nada porque, están tan bien de muertos, qué los madrileños se lo pueden permitir. Y, nada, así estamos de contentos. A ver, qué ya sabéis que soy muy retorcida, pero algo me dice que las estadísticas Covid de dentro de 15 días en la Villa y corte van a tocar cotas increíbles y el marrón se lo van a comer el niňo Jesús y la nueva cepa, a pachas. Pero, eso, qué soy yo muy pobre de corazón y a mí, el escándalo de Raphael me parece muy inapropiado para estas fechas. Y el tamborilero, lo mismo. Será porque vivo en una comunidad en la que para asistir a la ópera, hay que meter el tafetán debajo de un epi de los que usan en las UCI y mantener distancias de seguridad y, aún con todo, se aplazan las representaciones s sine die por posibles grietas en el entramado sanitario del asunto. Pero, claro, también es cierto que, aquí, no estamos igual de bien que en Madrid. Eso es verdad. Al final, qué vais a hacer en Nochebuena? Os reunís con vuestras familias? Vais a hacer como si no pasa nada o vais a centrar el tema en que, como nuestros padres son mayores y puede ser su última Navidad, mejor cenamos todos juntos, después del vermú con los dela oficina? Acordaros de lavaros bien las manos nada más llegar a casa de los abuelos, como un tal Pilatos. Es muy propio de estas fechas.
La ley Celàa sigue convocando a las familias de la concertada los domingos antes del vermú, con sus globos naranjas y sus pitidos; las grandes empresas piden subvenciones y exención de impuestos para poder "sobrevivir" y los bares se quejan de que la gente a 5°, no quiere comer en las terrazas. Este año, vamos a tener que emplearnos a fondo para conseguir qué los de Oriente nos dejen un par de calcetines. Ya te lo digo yo, qué lo llevamos muy negro. Sonreíd, no seáis rancios.
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