2020

 Buenas. No es que haya arronchado en la cama, ni que ande de "brunch old year", no. Es que estamos en esta cocina, desde bien temprano, revolviendo potas, abriendo y cerrando la nevera, la batidora on fire y el horno recalentado. Ahora mismo, es uno de esos momentos de impàs, con las fórmulas químicas en reposo y el cenicero humeando. Y, dije yo, voy a escribir unas letras pa despedir el aňo.

Este año, sí no entramos en detalles (qué diría un amigo mío) tuvo sus momentos. Cómo qué no? Yo, lo empecé todavía en el occidente, con aquel maravilloso curro que tanta risa aportó a mi vida y el mar... Fue mi gran premio. Se acabó en Marzo, pero es que, en Marzo se acabaron tantas cosas... Bueno, sigo con las cosas buenas : este año se fue mucha gente muy importante para la humanidad y para nosotros; pero, también llegaron un montón de nuevas vidas qué nos pintaron sonrisas bobas y ojitos brillantes: Elsa, Lucas, Einar, Lucía.... Montón! Y todos tienen muy buena pinta. Ya sabéis, cara de ir a solucionar en un tris, los marrones que les dejamos y alguno que habíamos heredado y no supimos gestionar y, ahí les queda el muerto! En Antrialgo, descubrimos los indicios de anteppasados que tienen mucho que ver con nosotros y con la historia de Asturias y con guerreros y caudillos y... Uy, qué me vengo arriba!. En La Estaca, la necedad pudo con la ignorancia y siguen saliendo romanos con mucha gana de cotillear y contarnos quienes somos de dónde venimos y a dónde vamos. Y, por cierto, qué aquel famoso mosaico estaba en un quelillo, qué andan los de El Mueble detrás del equipo arqueológico pa hacer un especial " Tu Villa Romana, al estilo de los Hamptons". El Oviedo y el Sporting siguen asomando la cabecita fuera del agua, lo que implica que aún respiran. Entre todos, levantamos la industria de la celulosa hasta reventar los índices bursátiles. Tamara Falcó es la nueva marquesa de Griňon y se echò un novio abogado y muy majo. Este verano hizo muy buen tiempo y Asturias se convirtió en el lugar más deseado del planeta. Y nos sacaron hasta en el New York Times. El amor se impuso a todo lo demás y Harry y Megan ya son libres y felices en EEUU, dónde se impuso la cordura y, aunque no lo teníamos muy claro, al final echaron al Trump. Todos aprendimos a cocinar y a hacer cócteles. Dibujamos con los pequeños y jugamos al parchís con los mayores. Nos hicimos expertos en cierres perimetrales, cierres de comunidad, confínamiento por barrios, por ciudades y por concejos. Azubedia , mi madre y el 90% de los curiosos, se pusieron a hacer mascarillas glamurosa, graciosas, reivindicativas, cursis... Toda la humanidad junta, se puso a trabajar en busca de una vacuna que ya circula por ahí, como si no hubiera competencia entre las industrias farmacéuticas. Pero, sobre todo, nos hicimos muy amigos de nuestros amigos con los que lloramos, cocinamos, compartimos miedos y esperanzas y escabechamos. Escabechamos carnes , pescados y hortalizas. Escabechamos deseos y propósitos. Lo escabechamos TODO. Cambiamos el "confinamiento" por el "confitamiento" porque nos sonaba mucho mejor. Veo al final de este año fotos de gintonis compartidos virtualmente, de bizcochos, de atún, de paté.... Y, mira, os juro que no es soberbia, yo sé que tengo los mejores amigos del mundo. Tengo a unos que están mutando desde hace años en familia y que abrieron las puertas de su casa para que Xuacu, María y yo, vivamos mientras hacemos las obras de mi casa. No preguntan nunca por la fecha de partida. Y nos hacen sentir como si ya estuviéramos aquí, con los cimientos. No sé cómo se paga eso. No lo sé. De verdad. Tengo un amigo que viene a resolver lo que otros no supieron o no quisieron, a cambio de una botella de sidra. Soy millonaria. Lo sé. Pero, vamos, qué aparte de este alegato final, buscar entre los escombros y encontraréis cosas tan bonitas, qué os harán sonreír. Y ya veréis este año que vamos a estrenar! Va a ser la bomba! Preparaos para todas las cosas buenas que nos van a llover. Feliz Año Nuevo ❤️