Ay, qué risa!

 Muy buenos días. Es martes porque, aquí, el lunes fue festivo porque aunque el festivo era el domingo, lo pasamos pal lunes y, total: qué llevamos desde el viernes, jiji jaja 😂 😂, y, a partir del viernes, en cuanto dijeron que los de Oviedo podían ocupar las terrazas, no sólo de Gascona, sino de todo el concejo, se nos llenaron los pueblos de miles de paseantes equipados de Decathlon de arriba abajo con relojes de presión arterial y todo . Al parecer, si te vistes deportivamente puedes saltarte lo de grupos de "hasta seis individuos" y, nada,se aprovechò el dispendio y se celebraron las reuniones anuales de institutos y facultades, en chándal y paseando por mi valle .El sábado, en  el césped que hay delante del centro de salud de Las Caldas, había tres familias de unos 15-20 integrantes con sus tortillas, empanadas, las sillas de playa... Una gozada. Era como la jira del Carmín en versión extendida. El domingo, sin cementerios por lo de no aglomerarse, pero las caleyas a reventar y los chigres con listas de espera hasta el miércoles pa conseguir mesa; aunque, ya había un rum-rum raro y, a la hora del té se habían filtrado mensajes de voz de proveedores de cerveza a los hosteleros diciendo que se iba a acabar la risa en breve . El lunes, na más poner un pie fuera de la cama, teníamos un aviso de comparecencia en rueda de prensa de Barbón a la hora del Ángelus (menuda maňana de nervios, qué no éramos a mojar el lexatin en el café sin que nos cayera dentro) . Cierre de chigres, comercio no esencial, universidad, congresos, grandes superficies, centros comerciales, eventos y tirularirus, además de petición a Madrid de confinamiento domiciliario, con las condiciones de aquella famosa fase 1. Todo el mundo rumoreaba qué esto se veía venir y que no hay otra forma porque no sabemos ser responsables y lo de que si tenemos que meter una moneda en los carros de los súper pa devolverlos a su sitio y bla, bla, bla!  A los cinco minutos, dice Illa que ni de coña nos podemos confinar, qué quiénes nos creemos qué somos pa confinarnos con este número de muertos y contagios de mierda. Qué peor están ellos y ni cierran los bares ni los piensan cerrar. Qué, a ver si va a ser el aniversario de cualquier otro periódico y no van a poder ir a picar unos emparedado y libar unos gintonics de free. Fatos astures, prepotentes y alarmistas. Y, así estamos. Lo cierto es que, cerrando los chigres y con el toque de queda a las 10, a nosotros ya nos meten en casa. Salvo los sábados, claro, qué ya veréis cómo termina habiendo algún disgusto por coger sitio delante del centro de salud pa comer con la familia, vestidos de Decathlon y en grupos de 20. Mal apaňo veo yo. A ver si gana Trump las elecciones y ya cantamos bingo! 


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