Después de la tormenta

Muy buenos días. Es lunes, día de proyectos, de sueños y de madrugar un poco más porque, voy más ajustada qué el corté de Madonna. Después de un finde ventoso, lluvioso y frío, las aguas vuelven a su cauce y las pulsaciones vitales a su ritmo normal.
Resulta que llevamos desde el viernes en un estado de nervios permanente, debido al ingreso de Donald querido en un hospital militar por coronavirus. El sábado, fuentes dignas de solvencia nos ponen el corazón en un puño, con noticias sobre el empeoramiento del estado de salud del dueño del mundo occidental; pero,  el domingo a medio día, salen a dar un parte médico la mitad de la plantilla de doctores del susodicho hospital, y nos dicen que Trump está de P. M.  y que, con un poco de suerte, el lunes le dan el alta. A las pocas horas, estaba dándose un baño de multitudes, qué salió a dar ánimos a sus seguidores.  Yo no sé si somos tontos o nos lo estamos haciendo! Prescindiendo de nombres, apellidos y ocupación, hay un señor gordo y feo, infectado por coronavirus, frotándose con la peña en mítines y reuniones. Y luego, el que va y la palma por covid, es el pobre Kenzo. No me digas a mi, qué no ye pa mear y no echar gota.
En España tenemos el circo de Madrid con un trasiego de gente entrando y saliendo de la comunidad, mientras los políticos siguen en otra guerra. El viernes por la tarde no quedaban billetes de Alsa pa venir a Asturias. No sé si todo este bodevil  de tres al cuarto no estará patrocinado por los Cosmen y AUCALSA. Qué no os extrañe, "más raro fue aquel verano que no paró de nevar" (Sabina dixit). Pues, qué sepáis que los números de la pandemia en Asturias ya están en " muy malos". Y que, aunque a priori vayamos mejor que el resto, la cosa no está pa pasarse por el arco del triunfo las recomendaciones de sanidad. Qué, tanto va el cántaro a la fuente....
La fusión entre Bankia y Caixabank genera un gigante inmobiliario qué se nos puede comer a todos de un bocao. Era de esperar: tanta boda, tanto padrino, tanto de todo....
Y aquí vamos con la mejor de las sonrisas escondida tras la mascarilla, camino de una semana que promete grandes historias. Saldrá Trump con el alta médica bajo el brazo o saldrá Trump por sus cojones treinta y tres? Hala! Cada cuál, a lo suyo!

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