Dos son compañía; tres, multitud.

Muy buenos días. Es lunes y ya no hay 20°. Ocho y vais qué ardéis. Por cierto, en Asturias, llueve débilmente (orbaya). Los lunes son duros por su propia naturaleza; por lo que dejan atrás y por lo que te ponen delante y, eso, lo entendemos todos. Lo que no me parece que sea motivo suficiente pa cargar las tintas con adjetivos descalificativos y expresiones cargadas de negatividad.  Todos los periódicos valoran el encuentro de Sánchez y Casado de hoy, como una de esas reuniones de capos de cárteles mexicanos, de las que sabes que sólo uno de ellos saldrá vivo. Qué si "a cara de perro" "en un clima de bloqueo" "campo de minas"... Todo, como veis, muy esperanzador y con mucha energía positiva. A ver, buena pinta, no tiene; pero, quién te dice a ti que no se ponen a hablar de lo de Feijoo y Arrimadas y se pasan un buen rato jiji jaja. Claro que, si ya los predisponen desde bien temprano, con estos titulares, normal que no se quieran dar la mano!!
A España la quieren los franceses y los alemanes pa formar un trío qué complete ese eje franco-alemán qué suena a película bélica con la cruz roja y japos en aviones con dianas en las alas. Menos mal que, por muy socialista que tengamos el gobierno, la conciencia es un gran toro negro de Osborne y eso de los "menages a trois" no nos lo permite el confesor. Ni siquiera cuando se acerca el carnaval.
En cuanto a nuestras otras relaciones exteriores estamos intentando deshacernos de Delcy Rodríguez, la pesada qué insiste en que lo suyo y Ábalos es amor del bueno y no deja de publicarlo por ahí. Situación desesperada porque no toca marcarse mucho en los rollos de Venezuela. Ni de un lado ni del otro. Claro, claro que existe otro lado! Ese donde está Guaidó; y el verdadero problema es que, en estos momentos, ni Maduro nos cae tan bien como debiera, ni el opositor tan mal como cabría esperar, si tenemos en cuenta que ambos representan la izquierda y la derecha políticamente hablando. Pero, por alguna extraña razón, el Guaidó nos suscita mucha más simpatía qué el que habla con los pajarinos. Será porque, independientemente del color de su bandera, le está plantando cara a un dictador qué, por muy rojo que se diga, es un cafre. Otro sinsentido pa la vida misma. 
Cristian de Hannover, el marido de Alessandra raya al medio de Osma, está metido en una operación millonaria para la compra y posterior venta de un edificio emblemático en la céntrica calle Nuñez de Balboa ,en Madrid. Y yo que pensaba que los rubios de Hannover sólo sabían de brunchs!!! 
Qué pena, no haber estudiado lo suficiente como para vernos en lios financieros con el hotel Wellington!! 
Me debo estar haciendo vieja pero no encontré nada interesante en el HOLA de esta semana. Mucho Óscar, mucho Óscar, pero muy poco glamour. Habrá que poner la bata de cola y llenar de elegancia está semana que empieza. Habrálo más sofisticado que unos volantes en cascada???
Venga, chicos, el lunes es nuestro!!

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