Silicona pa todos
Muy buenos días. Es miércoles y hace un sueño que, probablemente, acabe en tormenta. Parece que ya empieza a llover.
Está noche, si que me quedé a ver el famoso"debate". Lo hice por honestidad y por vergüenza torera; qué no se diga que no me documento lo suficiente para escribir este parte diario. Bueno, y un poco porque me daban una pereza horrible la escoba y la fregona. Ahora, bien, fue arriesgado y muy peligroso: cuando acabó, no supe muy bien si pedir el alta en el 38% de los de "niputaideaoiga". Me encuentro a un Iglesias que no me puede gustar más. Estuvo tan contenido y conciliador, dijo tantas sensateces que, Casado que moría por tirarse al barro, llegó a preguntarle si le habían contratado en A3media de moderador. Rivera le buscaba las cosquillas al del PP, lanzando ganchos de izquierda hacia su costado derecho; pero Pablito se retorcía como una culebra y no tocó el ring con la espalda, ni una sola vez. No hablaría yo de maestría, sino más bien de una mezcla de defensa y ataque modelo "gato panza arriba". Luego estaba Sánchez. Cómodo, tranquilo y sonriente. Más espectador que debatiente. Disfrutando del espectáculo y conchavando con el pago. Faltó un "choque de palas" después de algunos alegatos. Pero, vamos, qué esto es lo que me pareció a mí, eh?
El Estado Islámico, se adjudica el horror de Sry Lanka. Claro. La firma era completamente legible, desde la primera gota de sangre.
El Nuevo IRA, pide perdón por la muerte de la mujer de antes de ayer y le echa la culpa a la policía y su carga en los disturbios. Osea, perdón pero poco. O, mejor dicho, olvídate del perdón: "Mucha policía, poca diversión"
Y, digo yo, que si dejamos de asesinar, nos ahorramos las disculpas, las asunciones de autorías y todos esos muertos, mutilados y rapacinos llorando, que es lo que más me revuelve las vísceras. Perdonadme, el San Pablo Iglesias de ayer, me tiene poseída.
Macron vuelve a ajustar su política económica y baja impuestos y revaloriza las pensiones, a cambio de que los chalecos amarillos abandonen los chalecos amarillos y se vistan de Louis Vuitton. Todo lo que revierta en el bien de los desfavorecidos, merece una ovación; pero, Macrón, querido, mucho me temo que lo que quiere esa mano tan negra los dirige cada sábado, es tu cabeza y no va a parar hasta conseguirla. Ah! Siempre que veo arder los Campos Elíseos recuerdo aquella introducción al capítulo semanal de Kung-fú: No desprecies a la serpiente por no tener patas. Está serpiente, tiene patas y las enfunda en medias de cristal.No digas, luego, que no te lo advertí. Yo, es por ayudar un poco, a ver, que a mí, lo que hagas, ya ves tú! Con lo que tengo yo en casa pa entretenerme...
Ayer se celebró el día del libro, el día de un Jorge que luchó contra un dragón y el de unas rosas que buscan manos enamoradas; haciéndolo coincidir con todo esto, la entrega del premio Cervantes en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, se convierte en un acto solemnísimo. Este año, Ida Vitale, fue la premiada. El evento cultural es amenizado por el coro universitario (dirigido por Amaro González de Mesa) y por la presencia de Doña Leticia que acompaña al rey en tan magno acontecimiento.
Oye, cómo se le nota a Mario Vaquerizo ese gesto raro que te queda cuando te operas toda la cara y tiran de aquí y tiran de allí y ponen y quitan y eso... (No sé por qué me vino a la memoria el marido de Alaska, en este preciso momento) Lo bueno de Mario es que es tan espontáneo y expresivo, que no tiene ese gesto adusto, frío, marmóreo, como si llevaras una mascarilla de silicona transparente que no te deja ni pestañear, que les suele quedar a los que se hacen esos "retoques" en exceso. Pues, ná, que la reina muy guapa y muy formal.
Voy en el ALSA camino del curro y, por supuesto, la Wi-Fi, va fatal. Voy a sonreír un ratito mientras echo el pigazin que le debo al sueño. Ser felices. Y sonreíd cómo si no lleváramos silicona en ningún sitio!! Jajajajajaja!!
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