Arde París??
Muy buenos días. Tenemos 7° en las calles y cielos grises, pero poquísimas probabilidades de lluvia. Un martes de esos tontos de otoño, en plena primavera. Consternación mundial por el incendio de la catedral de Notre Dame, que ayer llenaba las pantallas de los móviles de vídeos y fotografías, con opción a Pullitzer. Del asombro y la sorpresa, todos pasamos a la sospecha y luego a la resignación con la constatación de que se trataba de un desafortunado accidente. Un amigo me estaba comentando lo rápido que el fuego devora la madera y que él mismo, había asistido impotente a la desintegración, bajo las llamas, de un chiringuito en La Malvarrosa. Quiero, querría pensar que las medidas de seguridad que se toman en las obras de restauración de edificios tan emblemáticos, aplican la versión 2.0 en prevención de riegos (sin despreciar en absoluto a chiringuitos, casetas de perro, taquillas circenses, etc). Luego, me quedé maravillada de lo que aportan de bueno las redes en el tema de la inmediatez comunicativa: vi caer la aguja de la torre en directo, como si estuviera en la terraza que hay justo enfrente de Notre Dame, dónde por cierto, hace 32 años, me metieron por el alma 500pesetas por un café (lo que son 3€) cagonrós!. Y luego, he vuelto a ver la famosa aguja desmoronarse otras venticinco veces y, eso, porque me fui a la cama y había tenido ensayo por el medio y no era plan tener el móvil en la mano, que de no ser por esta circunstancia, igual estaríamos hablando de doscientas y pico caídas de aguja. Bueno, qué me voy por las ramas, lo importante, decía yo, es lo de sentir y saber que millones de personas en todo el mundo estaban viendo las mismas imágenes y sintiendo la misma angustia y, muy probablemente, algún japonés o alguna australiana estaría acordándose en aquel preciso instante del viaje de café que le metieron en la terraza de enfrente, hace 32 años y de unos alegres y jovencisimos españoles que llenaban París de risas y gritos. Y, puf, me entraron unas ganas locas de decirles a los gobiernos del mundo que estaban mostrando sus condolencias al pueblo francés que, en los edificios, catedrales, museos y adoquines de las callejuelas, no solo se guardan tesoros palpables del país que los alberga; están custodiando pedazos de almas de las personas que pasaron, miraron, admiraron, se besaron, rieron o pagaron la casa santa por un puñetero "café au lait" en una terraza frente a Notre Dame. Así que, la responsabilidad de que durante unas obras de restauración no pase nada que no sea descubrir una gárgola bajo una capa de mierda, es mucho mayor de lo que se están pensando. Luego está el tema del terrorismo, las guerras y las ideas de Trump querido, de mandar hidroaviones para sofocar las llamas. Esas cosas, no se pueden evitar. Hay que vivir con ellas, con mucha resignación genérica (ni cristiana, ni mahoista)
Este martes, cambiando de tema, en mi coro no podemos hacer malmeting porque tenemos concierto. Esta tarde, a las ocho y media, cantamos en la iglesia de San Isidoro, un programa muy prestoso con Mozart y Haydn de protas. Lo especial del concierto es que a nuestro grupo habitual, se han unido los amigos que tenemos en Madrid. Monchi viene desde Sevilla y ha prometido ir a escucharnos. No sé si estarán los de Galicia y el resto, pide insistentemente fotos y vídeos del acontecimiento. Somos una gran familia con miembros dispersos por el mundo, por distintas circunstancias, y nos encanta reunirnos y cantar. Nos dirige Amaro, que es un Maestro prestidigitador y consigue hacer magia y música con sus manos y con sus ojos y con todo su ser ( mola mucho tener amigos artistas)Todos nosotros, somos parte de un grupo de jóvenes guapísimos que durante unas pocas horas, una tarde de otoño, asaltamos París, hace más de 30 años y, aunque casi todos volvimos, no volvió a ser lo mismo. Debe ser por lo del río que es siempre el mismo pero no, porque el agua es otra, cada vez y tal, que me estoy embarullando y voy a terminar enredada. Mañana más y mejor.
Sonreíd, el incendio está casi sofocado. Al menos, el de París.
Qué pena no poder escucharlos. No estoy. Si me enviaras un mini video......jijiji
ResponderEliminarFue todo un regalo. Un concierto precioso.
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