Cajones de mierda

Buenas noches. A puntito de no escribir una sola palabra sobre un tema del que no dije más que estaba esperando un milagro y que un artículo de Carlos Olalla me hizo plantearme hoy muchas cosas, me voy a lanzar a la piscina que, casi fijo, no tiene ni una gota de agua:
Lo primero, Olalla, es decirle que, efectivamente,   hay un montón de criaturas vivas a las que podríamos salvar con una parte de los recursos que se han usado para sacar un cadáver, al que usted ya daba por tal, hace días. Que el Mediterráneo y el estrecho se cobran vidas de miles de criaturas vivas que intentan sobrevivir en largos éxodos desde el infierno. Pero, permítame la osadía de confesar que, como miembro de una pequeña tribu de las que pueblan este largo y depravado mundo, antepongo la necesidad de uno de los nuestros ante todo lo demás. Insolidaria, injusta, selectiva, hipócrita... Le consiento todo lo que me quiera adjudicar; pero no puedo cambiar mis sentimientos. Y, créame si le digo que ya me gustaría. En fin,
ya todo resuelto; todo en su lugar, que no sé si es lo mismo que "en paz", hago una vuelta atrás y me entran unas ganas locas de tomar un buen vaso de sal de frutas.
Ni idea de lo que realmente ha ocurrido, ni idea. Sé que hay un bebé muerto. Esta mañana, vermuteando, un niño diminuto estaba con sus padres esperando mesa para comer ( benditas nuevas generaciones que respetan las dos de la tarde como hora de nutrirse); como apenas caminaba, el interfecto de apenas dos años tenía a su padre como una sombra; no sé cómo fue, ni siquiera me dió tiempo a pestañear y el bebé estaba panza abajo sobre un charco lodoso y enorme. Es verídico. Y vi muchas cosas claras que no quería aclarar aquí. Bueno, el tema es que a razón de todo esto tan triste y tan terrible, España sacó todo lo que guarda dentro: lo mejor, lo peor y lo contrario a todo ello. Bomberos, mineros, guardias civiles, alcaldes, predicadores, vecinos, geólogos, abuelas y periodistas dijeron, pensaron, elucubraron, juzgaron y rezaron. Hicieron catas geológicas, autopsias anticipadas y pesaron y analizaron toneladas de tierra. Arduo trabajo, para no aliviar ni penas ni angustias ni siquiera un poco. Los asturianos fuimos catalogados de cerrados e introvertidos y hubo quien se ofendió , lo que es muy buena hoguera para quien encendió esa mecha. Yo creo ( yo, eh?) qué no había para tanto. Nuestros brigadistas fueron a ejecutar un trabajo y, a fe mia, que lo hicieron; impecablemente, si se me permite. Y, sí! sobriamente; así, como somos nosotros cuando curramos: sin festivales alrededor; a lo nuestro; a lo que vamos; a sacar al guaje vivu o muertu. Lo hicieron y ya está. Lo que piensen de nosotros, debería importarnos lo que les importa a estos ocho paisanos (que, pa mi, que ye nada) porque decía mi abuela que no ofende el que quiere; sino el que puede. Y no pueden. Realmente, no pueden. Sobre el resto de carroñería, casi que no voy a dedicar una sola palabra; ni tan sólo un monosílabo. Cada cual sabe lo que cuestan sus garbanzos y su dignidad.  Yo sólo se que Julen descansa en paz.

Comentarios

  1. Lo firmaría palabra por palabra ¡Brava Amiga!💪🏻💪🏻💪🏻💪🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻💕💕💕💕

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  2. 👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏

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  3. No sé por qué sale Melan. Y sin fitf. Ya arreglado

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  4. Esa es mi Aurorina, en el clavo has dado, como siempre.

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